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Estrategias de ahorro: formal e informal

Nov 04, 2024 | Por: Amafore

Lectura: 2 min | Información: Específica

Reconocemos tu capacidad y disposición para ahorrar, pero ¿estás familiarizado con los distintos métodos de ahorro y los beneficios que ofrecen? En este artículo, te explicaremos las diferencias entre el ahorro informal y el ahorro formal, enfocándonos en este último. Ambos se distinguen por la forma en que gestionan tus recursos y los rendimientos que pueden generar mientras están depositados.

 

Ahorro informal

El ahorro informal comprende cualquier método de acumulación de capital que no genera rendimientos ni intereses, es decir, que no incrementa el valor del dinero ahorrado. Este tipo de ahorro es común y se manifiesta en prácticas como participar en tandas, guardar efectivo en el hogar (debajo del colchón, en alcancías, entre otros .), o utilizar apartados en cuentas bancarias que no tienen un fin de inversión. Este enfoque es particularmente útil para metas de corto plazo, cuando el dinero está destinado a un gasto próximo.

En situaciones donde se busca adquirir bienes de consumo inmediato, como electrodomésticos, dispositivos electrónicos o artículos personales, recurrir a estas formas de ahorro es comprensible. Ofrecen acceso rápido y fácil a los recursos, lo que facilita cumplir con objetivos financieros específicos a corto plazo.

 

Ahorro formal

El ahorro formal, en cambio, implica la inversión del capital en instrumentos financieros que generan rendimientos, proporcionando un beneficio adicional sobre el monto depositado. A través de este tipo de ahorro, los recursos son invertidos y, a cambio, se obtiene un retorno en forma de intereses o ganancias. Este método asegura un crecimiento gradual del capital a largo plazo. Ejemplos de ahorro formal incluyen los Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES), las Administradoras de fondos para el retiro (Afores), cuentas de ahorro bancarias y fondos de inversión.

Las ganancias generadas por estos instrumentos no son casuales; los recursos se canalizan hacia proyectos productivos de entidades públicas, privadas o gubernamentales que los utilizan para impulsar su desarrollo. En contraprestación por este financiamiento, los inversionistas reciben un retorno superior al capital invertido. El ahorro formal no solo protege el patrimonio, sino que también garantiza su crecimiento sostenido a lo largo del tiempo.

Además de cubrir objetivos de corto plazo, es fundamental considerar el ahorro como una herramienta para enfrentar contingencias imprevistas, como emergencias médicas, o para planificar el retiro. Los instrumentos de ahorro formal ofrecen la ventaja de hacer que el dinero trabaje para su titular, garantizando que no solo mantenga su valor frente a la inflación, sino que también crezca de manera significativa a largo plazo.

En resumen, se recomienda emplear tanto el ahorro formal como el informal, adaptándolos según las metas financieras individuales. Para objetivos inmediatos o de corto plazo, como compras puntuales, el ahorro informal es una opción práctica debido a su liquidez y fácil acceso. No obstante, para planes de largo plazo, como la jubilación o la creación de un fondo de emergencia, es preferible optar por mecanismos de ahorro formal que ofrezcan rendimientos importantes. Inversiones en CETES, por ejemplo, permiten generar ingresos adicionales en el corto plazo, mientras que las Afores son esenciales para gestionar los fondos destinados a un retiro financiero estable y seguro.


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